Tolosa 3

Testigo de la historia


Primeros HabitantesTalleresProgresos ComercialesLas Graserías Mataderos y SaladerosLas QuintasEl ferrocarril y TalleresBanco de la ProvinciaLos primeros periódicosLa primera línea de tranvíasMolino “La Julia” Primeros Avisos en el diarioEl Alumbrado y Policía Las “Mil Casas”PersonalidadesEl CementerioAnécdotas, Curiosidades y enlacesFotos actualesFotos AntiguasFecha de fundación y controversiaAniversario de Los TolosanosClub Unión y FuerzaCelebraciones y conmemoraciones Barrio Obrero


“Anécdotas, curiosidades y enlaces”

El Rancho de Suárez “En la historia de nuestra ciudad hemos encontrado un verdadero testimonio del pasado. Ángel Custodio Suárez, fiel testigo de nuestros primeros años, nació en 1895, cuando las tierras incultas de Tolosa rodeaban el viejo rancho.


Su padre Emilio Suárez llego a La Plata en 1890 con su esposa, Luisa Bidondo. Eran los días de la fracasada revolución radical.
Según lo contó su padre los revolucionarios entraron por la calle 13, llamada Camino Real, poblada de flores de aromo, marco propicio para que pacíficamente todos los que componían la masa radical de Irigoyen, fueran pasando uno a uno a integrar las filas conservadoras adictas a Mitre. Así fue como su padre se hizo”vacuno” nombre que se les daba en aquella época a los hacendados mitristas.


Si bien vivió de cerca nuestra historia nacional también compartió la progresiva evolución de nuestra ciudad.
La escuela N° 89, primer centro educacional de Tolosa, fue la estancia de don Juan Rivera ministro de Hacienda de la época radical.


El mástil y la bandera de esta escuela, fueron regalados a sus hijas por el empeño y dedicación al estudio, cualidades heredadas de su padre. El primero sirvió como sostén principal del rancho que aún se conserva en 521, 5 y 6 como así también la bandera, roída por el tiempo pero querida por el recuerdo.


El antiguo nombre del Club Ferrocarril Sur fue cambiado por el de Villa Rivera, denominación que surgió en una noche larga vivida entre mates y cigarros en la cocina de su rancho, acompañado de sus amigos de siempre: Francisco y Maximiliano Merlo, Jacinto Croce y otros.


El primer diario cultural que edito el Club Villa Rivera fue “Horizonte” escrito por Modesto Tarquina.
Suárez figura también como fundador del Club Dardo Rocha, junto con Antonio Aún y Nazareno Marchioni, su rancho a servido de marco a las manifestaciones religiosas de aquellos hombres, que reunidos bajo su techo, todos los 13 de enero ofrecían a Dios un modesto culto de alabanza.


Sus palabras han puesto luz a los años en que Tolosa no era sino campo; sólo un rancho, y las casas de los Moscia y Andreoli, quizá algún rancho más …, nos dice.
Pero la aldea fue creciendo, Emilio Servini, los Alsina, Carlos Sánchez Viamonte, etc., fueron conformando poco a poco la fisonomía del entonces en germen pueblo de Tolosa.


En 1888 se construyó las llamadas “las mil casas” antiguas propiedad de una viuda, que aún se conserva.
Ángel Custodio Suárez fue creciendo poco a poco con la ciudad, compartiendo su evolución, su dinámica, su belleza, y hoy a los 78 años de edad contempla a Tolosa, desde el mismo rancho, pero pujante, tocada por la mano del progreso, prometedora de una gran futuro.
Su vida nos brinda hoy el testimonio tangible de un pasado”.

¡De no creer!: Una tarde estaba el Sr. Sianca sentado en una reposera tomando fresco bajo su parra, alla por el año 1981 en su casa de 528 entre 119 y 120 y de pronto sintió un fuerte ruido, se levanto confundido y vio algo redondo de color que todavía giraba en el suelo. ¿De que se trataba?.

Se trataba de un casco de paracaidista: sabido es que a unas cuantas cuadras cerca de la laguna del aeroclub precisamente se encuentra la pista de aterrizaje de dicho club y los aviones ya en bajada toman aproximadamente por la calle 528 para iniciar su descenso. Sucedió que venían con la puerta abierta del pequeño aeroplano y al paracaidista se le cayó el casco y fue a dar sobre la parra del Sr. Sianca desprendiendo un pedazo de mampostería que sostenía la misma.

Ingleses: Es muy grande la cantidad de descendientes de ingleses que hay en Tolosa, esto se debe a los ferrocarriles, no olvidemos que es un barrio netamente ferroviario.

“Los pinos”: Recuerdo cuando era pibe, por los años 60, todos los sábados jugábamos al fútbol en un lugar llamado “los pinos” . En realidad, era un bosque de casuarinas donde al lado estaba el potrero. Se encontraba en el sector delimitado por la vía de 527 hasta la calle 526 y de 115 hasta 116. Ese bosque de árboles muy altos seguramente estaba desde los tiempos de Iraola que era muy afecto a plantarlos. Estos fueron talados en la década del 70. Actualmente en ese sector hay un barrio. (R.G.A.)

Panaderia “La Ferroviaria”: Por el año 1929 estaba en la calle 3 entre 523 y 524 una de las primeras y más antiguas de Tolosa.

Club Ferrocarril Sud: En los primeros años antes de 1928 la cancha de fútbol estaba dentro del ferrocarril o sea en los talleres sobre la calle 3 entre 27 y 28 (hoy 527 y 528), desde el año 1928 se le cambio el nombre por el actual Club Villa Rivera y la cancha estaba entre la calle 522 y 523 entre las de 2 y 3 frente a las “Mil Casas”, Después la cancha se trasladaría a la calle 7 entre 520 y 521 ese año de 1929 llego el tranvía N° 6 hasta 7 y 520.

Fabrica de Ladrillos: Fue don Julio Guillerat, al mismo tiempo que don Bautista Bertolli y don Julio Botet hacia construir en las inmediaciones del arroyo del Gato un fábrica de ladrillos para proveer de este material a las obras del Estado.

La calle de la amargura: La calle era la 118, denominada de esta manera por pasar por ella los coches fúnebre que llevaban fallecidos al cementerio de Tolosa que se encontraba su entrada en la calle 526 y 118, el barrio también supo tener esa denominación.

Notas de Pésame por el fallecimiento de Dardo Rocha:

Telegrama de la Comisión Popular Pro Cincuentenario de la fundación de Tolosa, 7 septiembre de 1921, dirigido a Carlos D. Rocha

La comisión Popular pro cincuentenario de la fundación de Tolosa, reunida en sesión extraordinaria, con profundo sentimiento se adhiere al duelo que enluta a la patria argentina por la pérdida irreparable del que en vida fué su miembro honorario y en homenaje a las relevantes virtudes del ilustre ciudadano, gobernador de la provincia, fundador de su capital, eminente jurisconsulto y militar distinguido, se pone de pie y suspende sus funciones en el día de la fecha. Firman: Ventura Bianchi Presidente y R R. Boschetti Secretario.

Centro y Biblioteca “Tolosanos Unidos”

Con motivo del fallecimiento del fundador de La Plata, doctor Dardo Rocha, este centro tomó la resolución siguiente: Ponerse de pie en homenaje del extinto, enviar una nota de pésame a la familia, e invitar a los socios a concurrir al acto del sepelio que se realizará hoy a las 10 en el cementerio del Norte de la Capital Federal.

Centro de Fomento y Biblioteca “Martín J. Iraola” de Tolosa. Tolosa, 7 septiembre de 1921, dirigido a Carlos D. Rocha

La Asociación Pro Copa de Leche de la Escuela número 79, en conocimiento de la irreparable pérdida del eminente hombre público y fundador de esta ciudad Dr. Dardo Rocha, cuya pérdida lamenta el país entero, se adhiere al duelo intenso que embarga a todos los corazones. Firman Eugenio Aralde Presidente y Ángel A. Landi Secretario.

El Hotel Genevre: En este hotel en los primeros años de la fundación de La Plata, el Hotel Genevredoctor Dardo Rocha celebró sus periódicas reuniones con los ingenieros Maqueda, Rivera, agrimensores, Glade, Monteverde, Díaz y De las Carreras, asi como con los sobrestantes, Navarro, Udaeta, contructores etc., todas vinculadas al trazado y construcciones oficiales de la ciudad.

Asimismo realizaba en la aludida casa en en la companía de sus colaboradores, sus almuerzos y no pocas veces pernoctaba también alli dado su afán de desarrollar la mayor actividad para habilitar lo más pronto posible las comodidades indispensables para el traslado de las autoridades provinciales. El hotel estaba ubicado en esta casa que se conserva aún en la calle, hoy 529 entre 1 y 2.

“Aniversario de Los Tolosanos”

Incendio: El 21 de abril 2003 se incendió la historica estación de trenes de Tolosa se investiga si se trató de un hecho intencional, el echo ocurrió a las 0.45 en la estación bajo concesión de la empresa Ferrocarriles Metropolitanos, ubicada en las calles 1 entre 527 y 528 de Tolosa.

Estación Tolosa.

El Cine Luxor: En la esquina de 115 y 530 había un cine que se llamaba “Luxor” estubo hasta mediados de la década del 60 y después se abrió un supermercado, enfrente en lo que hoy es la escuela Nuestra Señora del Carmen, antes de que fuera escuela se pasaban películas, hoy es el salón de actos.

Mercado Regional La Plata: El cierre del Mercado La Plata hizo que todo el comercio de frutas y verduras se unificara en el Mercado Buenos Aires, que cerró sus puertas, el 30 de Noviembre de 1972 se inauguró en 520 y 116 el Mercado Regional La Plata.

Este mercado está asentado sobre un predio de cuatro hectáreas, con entrada principal en 520 y 116, y sus edificios responden a un estilo arquitectónico francés en boga durante la década del 60, del que son modelos los mercados de las ciudades de Lyon y Nimes y el de Florencia.

Escuela de Policía: La Escuela de Policía “Juan Vucetich” se fundo el 27 de junio de 1941, previo reacondicionamiento de las instalaciones se mudaría a las dependencias ferroviarias existentes en la estación Tolosa, ubicada en la intersección de las calles 1 y 528. Luego de un incendio, en el año 1959 se emprende el traslado del asiento de la Escuela de Policía “Juan Vucetich” a las instalaciones de la ex-estancia San Juan en el parque Pereyra Iraola.

Plaza de la Ingeniería Argentina: Fuente y faro remplazados con motivo del centenario de la fundación de la ciudad de La Plata, por Ordenanza N° 5142 y 5353 en la calle 7 y 528 la obra es del escultor G. Kosice.


Plaza de la Ingeniería Argentina

Distribuidor: El 19 de noviembre de 1979 se inauguró el Distribuidor de Transito de 13 y 520.

“Aniversario de Los Tolosanos”

En ocasión de cumplir el Circulo Cultural Tolosano cuarenta años de existencia le fue obsequiado a mis padres, por el orador de esa noche el Rodolfo I. Dorna Machín, el texto completo de su discurso de aquella memorable noche del viernes 4 de marzo de 1966 del cual han sido extraídas las partes más importantes:

“Señor Presidente del Círculo Cultural Tolosano,
Señor Presidente de la Comisión de Festejos,
Señores integrantes de la Primera Comisión Directiva,
Señores Ex Presidentes,
Señoras, Señoritas, Señores:

En mi condición de primer Presidente del Círculo y Dedicatoria en el discurso del primer presidente.habiendo sido distinguido en otros tres períodos con idéntica designación, he sido amablemente invitado para hacer uso de mis expresiones en nombre de ese núcleo de entusiastas jóvenes, que hace cuatro décadas con el primitivo nombre del club Los Tolosanos, colocamos la piedra fundamental de ésta nuestra querida institución.

Las he confeccionado, robando horas a mí anhelado descanso anual, entre excursiones e invitaciones, en la próspera tierra del sol y del buen vino.

Al conjuro de esas magníficas sensaciones, así sentimos y nos estremecemos, los que hoy, con una especie de celestial regocijo, nos reunimos bajo el honorable techo del hijo del alma, nuestro segundo hogar…, porque la antorcha de aquel 27 de febrero de 1926, puesta siempre en dignísimas manos, sigue alumbrando…, afincados en este sector septentrional de la ciudad, que es nuestro terruño tolosano, canto a la laboriosidad y al progreso.

Humilde fue la cuna donde vio la luz, el incipiente organismo, sin otro calor que el de nuestro aliento y sin otro techo que el cielo. Nació bajo el auspicio de un animoso grupo de adolescentes, niños casi, que al compás del latir acelerado del corazón, cristalizamos en realidad, una aspiración largamente acariciada.


Dr. Rodolfo I. Dorna Machín

Fundar el club, con el propósito inicial de fomentar la práctica del fútbol, …la firme confianza en nuestro idealismo y la fe indestructible que nos animaba verificó el milagro que, con este conjunto de jóvenes, clavadas nuestras pupilas en las constelaciones lejanas, desde la alcantarilla, lado Este, de 527 y 118, legásemos a la localidad y a la ciudad toda una institución de honrosa trayectoria deportiva, social y cultural.

Lo que ayer se plasmó en esa alcantarilla, ya ribetes de leyenda , hoy ha llegado a ser, por su organización, persona jurídica y por su dinámica, reconocida por numerosas entidades oficiales….

Configura un acto de estricta justicia, enumerar ahora, la nómina de quienes me acompañaron en esa gestión inicial:

Vicepresidente: Sr. Juan Corlatti
Secretario: Sr. Libertario Aguirre Bengoa
Pro Secretario: Sr. Manuel Iglesias
Tesorero: Sr. Julio Tessari
Vocales: Sres. Ángel Camacho, José Antonio Mazcazzini, Alberto Perrota y Oscar Pérez.

Nuestras primeras armas, las hicimos exclusivamente, en el orden futbolístico, de entrada, normas severas de economía, protegían nuestros magros ingresos.

Posteriormente, apiadado de nuestra orfandad, el padre de uno de nosotros, el señor Guillermo Aguirre Bengoa (tío del actual presidente) nos facilitó una habitación de material , en la antigua “Quinta chica” de 527 y 117 contar con techo y algunos modestísimos muebles, en lugar de la frialdad del riel, ya constituyó un paso sideral para nosotros.

El Dr. Dorna en los primeros años del club.Los señores Francisco Sust y Antonio Perrotta nos donaron con los colores blanco y negro, el primer juego de camisetas. Como exponente de gratitud, por ahí debe de andar algún sobre de correspondencia, con el primer nombre que llevaba su almacén: “Los Tolosanos”, al que nosotros agregamos, agradecidos, las iniciales de ambos benefactores, primeros Presidentes Honorarios…, He ahí la explicación de la para algunos, misteriosa sigla “Los Tolosanos S y P” y el porqué de sus colores.

Como en el terreno futbolístico, las viviendas empezaron a sucederse y el público, exitista siempre, iba en vertiginoso aumento, ya nos resultó pequeño, el campo primitivo, sito en 527 118 y 119 y nos mudamos a 526 y 118, propiedad de los acaudalados señores Naón de la Capital Federal, que nos cedieron en forma desinteresada, el uso de toda esa manzana.

Allí fue donde se incrementó nuestro potencial deportivo y luego de una serie triunfal de confrontaciones con equipos no afiliados, el club consiguió la anhelada afiliación a la Federación Amateurs Platense, en la División de Ascenso, denominada Segunda Libre.

A todo esto, vecinos conspicuos de la zona, fueron incorporándose, una vez vencida la prueba de fuego, a que equivalían los dos primeros años de ida, no sin cierta resistencia de nuestra parte, creíamos ver en ello, una amenaza de desplazamiento, dada nuestra condición de individuos casi imberbes.

Felizmente, todo se solucionó en forma diplomática, mediante la integración de una Comisión Directiva, diríamos, mixta de adolescentes y gente ya madura.

Otro paso importante en nuestra ascendente evolución, se lo debemos a la señora Juana Lampugnani de Turallas que, en un gesto que hizo época, nos cedió magnánimamente, para sede de nuestras reuniones de la C.D. su sala de recibo.

Luego, reuniones danzantes de singular predicamento en nuestro medio social con una seleccionada y extraordinaria concurrencia, que obligó a la contratación de trenes expresos hasta Punta Lara y la quinta de Don Valentín, dieron pronta jerarquía a la Institución en la sociedad de Tolosa.

Tengo a flor de labios, mil y una anécdotas más, de sabroso contenido, pero resuelvo archivarlas en un sitial sagrado de mi memoria, en mudo homenaje a vuestra indulgencia. La empresa se agigantó en la presidente del prestigioso Farmaceutico. Señor Carlos L. Alonso, la del señor Ernesto Montenegro.

Los Tolosanos

Pasamos, pues, a militar en el círculo privilegiado. El campo de deportes de 526 y 118, tenía casilla y baños flamantes, pero carecía de alumbrado olímpico, requerido por los reglamentos federacionistas.

Pero el cielo nos dio una mano que jamás terminaremos de agradecer, quienes hemos hecho del deporte un oasis de felicidad y una pasión arrobadora, que ha de acompañarnos mientras subsista un latido en nuestro corazón.

A esa altura de nuestro desenvolvimiento, de acuerdo al acelerado ritmo del progreso evidenciado en todos los órdenes, la sede social había sido trasladada a la amplia casona de la calle 118 N° 375, propiedad de una familia tradicional de Tolosa: Doña Luisa Midon y sus hijos. Fue allí donde vivimos la euforia de la victoria, con su prolongada y bulliciosa celebración.

Como imágenes que hoy representan el concepto moral que, desde la más tierna edad, fue sólido pedestal de la institución, nombraré a doña Josefa Lampugnani de Turallas, ejemplo de desinterés, de tesón, de numerosas iniciativas y de finezas, que la convirtieron en Presidenta obligada de las primeras comisiones femeninas y en figura de relevantes perfiles, no sólo entre la masa societaria, sino en la localidad que nos cuenta en su seno, el señor Luis Mazcazzini, el señor Luis Angel Firpo de la Barra y primer tesorero del club, sinónimo de escrupulosidad y honradez.

Roberto Abrodos

Las tradicionales familias de añeja estirpe tolosana, como las de Perrotta, Aguirre Bengoa, Sust, Camacho, Miguens, Corlatti, Laborde, Lagomarsino, Botteri, Carballo, Tessari, Baccaro, Giampaolo, Rossi, Alonso, Novara, Pané y De María, a Don Marcelino Alonso, a doña Carlota Scarcheri de Alonso, su distinguida esposa, a Nicanor Iriarte, caballero del deporte, a Roberto Abrodos, el rey de la gambeta, hecho en el club, mimado del piberío del alambrado.

A los hermanos Carlos, Elio, Bartolo y Roberto Alonso, que hoy serían presas codiciosas para cualquier team profesional, a los defensores Isaac Jáuregui y Juan Salvador, a Juan Carlos Laborde, farmacéutico de prestigio, a Don Segundo Mizqui, a Quico Sust y al inglés Davis, creadores en nuestro medio del jugador N° 12, el primero de ellos fallecido como consecuencia de la euforia de un gol y para finalizar la lista, con el primer entrenador y director de Cultura física, el malogrado amigo Gregorio Lachas Díaz, de gesto adusto, pero de alma candorosa.

Pero en 1936, a diez años de su existencia, por esas continencia desagradables que también paladeamos en nuestras vidas, llegó el momento crítico. El fútbol, motivo vital de nuestros afanes y desvelos, absorbía tristemente, más entradas que las modestas arcas del Tesorero.

Con todo el dolor del alma – a la fuerza ahorcan- para o extinguirnos y desaparecer, resolvimos desafiliarnos de la Federación Amateurs Platense. Concomitantemente, surgieron síntomas de zozobra en el navío de nuestras ilusiones juveniles. Se vivió el momento crucial de vida o muerte, con amenazadores y negros nubarrones en el horizonte.

He nombrado a Luis Contarelli, hijo, pionero de las entidades de bien público de La Plata, a las que ha consagrado sus avasalladoras energías y la razón de ser en su vida ciudadana.

Es el poseedor del mérito, el que concibió la forma de conjurar el colapso, modificando substancialmente el rumbo de la nave. Secundado por un grupo de asociados tan reducido (éramos trece), como tenaz y jugándose el todo por el todo, se resolvió mudarse a la calle uno, la arteria céntrica de Tolosa, y alquilar la mansión señorial de los Campoamor, que es en la que hoy está ubicada la sede social, suprimir definitivamente, el fútbol –oh desgarro cruel- e imprimir nuevos rumbos al menguado organismo, inaugurando la era cultural, era la Universidad Popular, de la que fue lider indiscutible y abanderado, el señor Pablo Labombarda, de recordada memoria, el Dispensario de Lactantes, único en Tolosa, atendido por el Dr. Sribman y poco tiempo después, por el Dr. Luis Lavalle, a quien yo comprometí y que prosigue enhiesto, en su apostolado, en la actualidad.

Con el aporte valioso de doña Rita L. De Lagomarsino y un núcleo de distinguidas damas tolosanas, empezó a funcionar el Ropero del Bebé, para recién nacidos desamparados. Todas iniciativas de inmenso valor y de honda gravitación en nuestro medio social. Don Alfredo Lagomarsino y los suyos, en un generoso gesto, nos facilitaron en un primer momento, este terreno, en el cual se implantó la práctica del básquet y de las bochas, fuentes después de sólidos galardones en el deporte platense.

Se prosiguió con la práctica del juego-ciencia, que implanté en mi condición de entusiasta del Ajedrez, hace 36 años, en el ambiente del club.

Las soluciones heroicas trajeron como prevista derivación, el cambio de nombre del Club Los Tolosanos, por el de Círculo Cultural Tolosano, más acorde con su reestructuración y la ampliación de sus horizontes, que le confirieron su fisonomía actual.

Fueron medidas dignas para ese angustioso trance, algunas de carácter drástico, pero todas inspiradas en el afán de engrandecimiento que rindió los óptimos resultados de los que hoy somos dichosos testigos, sino relegamos al olvido que en la vieja casa de la calle 118, no nos alcanzaba el presupuesto, para abonar a Da. Luisa, los modestos treinta pesos, estipulados en el alquiler mensual.

Durante ese períodos, al graduarme como médico en la Capital Federal, en el mes de julio de 1936, me ví precisado a renunciar a la vicepresidencia, para ir a ejercer la profesión en la tierra hospitalaria y libérrima, la de las cuchillas pintorescas, la de las selvas montieleras, la patria chica del Supremo entrerriano, el Gral. Urquiza, en un alejamiento sólo material, ya que mi espíritu permaneció siempre rondando los pasos del bendito ex club de mis amores, a través de los seis años que me tornaron ciudadano entrerriano. Aquí, en familia, debo confesarles a ustedes, la razón de ese exilio voluntario mío.

Hitos importantes en la posterior evolución, fueron la obtención de la Personería Jurídica y la soñada adquisición de la sede social de la Avda. Uno, en el acto de cuya compra, se tuvo la exquisita gentileza, de exteriorizarme el júbilo reinante, mediante un telegrama que se me hizo llegar a mi domicilio de Entre Ríos con una celeridad y un gesto, que he de seguir agradeciendo , mientras Dios me dé vida. El bien costó la, por ese entonces, importante suma de $32.000.

Otros importantes peldaños en el patrimonio de nuestro acervo histórico, fueron: El haber conseguido ser beneficiarios de la Comisión de Bibliotecas Populares, la conquista nada menos que en cinco campeonatos anuales, del título máximo del básquet de La Plata, la resonante victoria alcanzada en Avellaneda, en el torneo abierto del Club Independiente, materializando la hazaña que parecía una utopía: ganar el torneo pese a la intervención como rivales de fuste, de lo más selecto del básquet porteño, la obtención de varios campeonatos, por los aguerridos bochófilos del círculo y la adjudicación de varios torneos por el equipo de ajedrecistas, todo ello, sin descuidar el promisorio semillero, de abundante cosecha, de las divisiones inferiores del básquet.

Nota tomada de la revista El Grafico.

Hasta que un día, por un azar feliz, llegó hasta nuestra casa, ese gran benefactor, cuya rápida desaparición, nos parece aún, una pesadilla nefasta: el señor Humberto Minoli, quien en poco tiempo y contando con el medo afectivo que él conocía muy bien, por haber transcurrido su infancia en esta localidad, fue llevado a la presidencia, en varios y sucesivos períodos. Esto es Historia fresca, señores. Bajo la paternal égida del señor Minoli, el Círculo alcanzó un ritmo de progreso extraordinario, que lo ha conducido hasta la altura que hoy lo distingue, entre las instituciones similares.

Vaya, asimismo, una palabra de admiración y justicia para el añejo luchador y secretario por antonomasia de la primera era, señor Jerónimo M. García, que durante años y años, en distintas C.D., se constituyó en un engranaje vital y que no conoció la fatiga, en su trajín abrumador y otra para mi querido amigo y activo secretario, señor Luis A. Camacho, también desaparecido hace poco tiempo, con quién coloqué más redes y marqué más veces con cal, en mi vida, las líneas que señala el reglamento de los campos de juego.

Como broche final de mi reseña, me complazco en hacerme eco del unánime reconocimiento y de nuestras más efusivas felicitaciones, el señor Presidente de la Comisión de Festejos, el destacado periodista y dilecto amigo, Osvaldo D. Tomatti, quien honra con su presencia nuestra Casa y ha dado lustre y jerarquía a la Comisión que he presidido, con el éxito del que esta noche, todos nos vanagloriamos.

Sólo en su alma de enamorado de las cosas lindas del deporte, que traduce semanalmente, para nuestro deleite, en las columnas de “El Día”, con el seudónimo de Mercurio, sinónimo de genio, madurez y chispa, del que somos fervientes lectores y en la fuente de inagotables energías, que le concede su condición de ilustre hijo de Ranchos, podemos encontrar nosotros, la explicación de cómo, pese a sus tareas absorbentes, como periodista, como comentarista deportivo número uno de la ciudad y como secretario de Redacción del decano del periodista platense se ha dado aún tiempo para poder invertirlo en organizar un acto como éste.

Pero señores, todo lo hermoso de un acto como éste y toda la imponencia que fluye de tanta evocación, resultarían pálidos y con mengua, sin el concurso de ese ser alado por la gracia, que torna bella nuestra existencia, virtuoso nuestro sufrir y florido nuestro pensamiento: la mujer, sueño de nuestra felicidad y manantial del afecto más puro de la tierra. Sin su concurso, nuestra obra, jamás hubiese alcanzado a erigirse en nuestro segundo hogar. Es que si bien el hombre se eleva por su inteligencia, por los adelantos técnicos y por el progreso de la ciencia, no es hombre, más que por su corazón”.

Tolosa, 4 de marzo de 1966.

Tolosa 3

Tolosa>> 1 2 3 4 5