La Ciudad de La Plata se ha destacado siempre por sus Plazas (una cada seis cuadras) forestadas con las más diversas especies y sus anchas avenidas con veredas arboladas.
Acacia Blanca: En calle 9 de 51 a 60.
Aguaribay: Frente a la Universidad por avenida 7.
Alcanforero: Está en Plaza San Martín, Casa de Gobierno y facultad de Agronomía.
Árbol de lo 40 Escudos: En Avenida Iraola hasta el museo de Ciencias Naturales.
Árbol del Cielo: En calle 55 y zona céntrica de la ciudad.
Árbol de Judea: Calle 8 de 33 a 44.
Arce: En muchas Plazas de la ciudad.
Castañas de la India:En Avenida 51 de 1 a 2, en Plaza San Martín y jardines del Ministerio de Educación.
Ceibo: En el Lago del Bosque, Plaza San Martín y Plaza Moreno. Cabe mencionar que la flor del Ceibo es la flor Nacional de Argentina.
Ombú: Dos grandes ejemplares en Plaza Italia y Ministerio de Educación.
Patito Dulce: Calle 10 y frente al Museo de Ciencias Naturales.
Plátano: En calle 56, avenidas 13, 51, 53, 60 y Plaza Moreno.
Paraíso o Árbol de Paraíso: Plaza Belgrano, 38 y 13, Parque Castelli.
Parasol de China: Calle 56 de 1 a 3 y 8 de 45 a 51.
Palo Borracho: Plaza Alte. Brown, Ministerio de Educación y otros lugares.
Pata de Vaca: Alrededor de la escuela Normal Nº 1, 50 y 15.
Roble: Parque Castelli, Museo de Ciencias Naturales, Plaza Rivadavia.
Tilo: En la avenida 7 y en otras calles de la ciudad.
Tipas: Diagonal 73 de Plaza Rocha a Plaza Matheu.
Tulipanero: Calle 10 de 49 a 60.
Además existen variedades de pinos, cedros, cipreses, tuyas, abetos, álamos, etc.
Eucaliptos: En los alrededores del Lago del Bosque y en todo el Paseos del Bosque y Jardín Zoológico.
Ibapoy: Frente al Museo de Ciencias Naturales.
Jacarandá: Diagonal 73 desde Plaza Rocha hasta plaza Azcuénaga.
Lapacho: En la calle 10 y en los ex Jardines del Teatro Argentino.
Magnolia: Plaza San Martín, Plaza Rivadavia y otros lugares.
Naranjos Amargos: En la Calle 47.
Olmo Europeo: Calle 5 de 44 a 60.
Ombú: Dos grandes ejemplares en Plaza Italia y Ministerio de Educación.
Patito Dulce: Calle 10 y frente al Museo de Ciencias Naturales.
Plátano: En calle 56, avenidas 13, 51, 53, 60 y Plaza Moreno.
Paraíso o Árbol de Paraíso: Plaza Belgrano, 38 y 13, Parque Castelli.
Parasol de China: Calle 56 de 1 a 3 y 8 de 45 a 51.
Palo Borracho: Plaza Alte. Brown, Ministerio de Educación y otros lugares.
Pata de Vaca: Alrededor de la escuela Normal Nº 1, 50 y 15.
Roble: Parque Castelli, Museo de Ciencias Naturales, Plaza Rivadavia.
Tilo: En la avenida 7 y en otras calles de la ciudad.
Tipas: Diagonal 73 de Plaza Rocha a Plaza Matheu.
Tulipanero: Calle 10 de 49 a 60.
Además existen variedades de pinos, cedros, cipreses, tuyas, abetos, álamos, etc.
Algo para imitar en nuestra ciudad
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Podar o no podar
Por Susana Papale
El planeta necesita de sus árboles, como un elemento esencial que garantiza la vida. Los habitantes de las ciudades tienen derecho a los beneficios que ofrece el arbolado urbano, ya que el mismo constituye un bien primordial que mejora la calidad de su hábitat.
El árbol de la vereda no pertenece al frentista por más que lo haya plantado, sí es parte del bien publico de un municipio, por lo tanto su cuidado es una responsabilidad compartida . Unos y otros deben aunar esfuerzos para preservar la única foresta que poseen los ambientes urbanos, los árboles de nuestras calles.
Año a año asistimos a la destrucción del patrimonio arbóreo. En la mayoría de los casos los vecinos podan sin contemplación llegando a cortas estructuras que no deben ser tocadas, produciendo así enormes daños que condenan a ese ejemplar a una muerte lenta pero segura.
Pero si bien se cometen estos arboricidios anuales sin ningún sustento técnico, también es cierto que a la inconducta y el desinterés de la población se agrega la misma actitud por parte de las autoridades pertinentes, en cuanto a llevar una política coherente con respecto al arbolado público y a los espacios verdes.
En el momento de formar conciencia popular sobre la importancia del árbol, especialmente en la ciudad y modificar responsabilidades para paliar una situación por demás lamentable, que empobrece la calidad de vida. Hacemos aquí un breve aporte a la educación ambiental presentando una síntesis de motivaciones que provocan la pregunta ¿ podar o no podar ?.
¡NO DEBES PODAR UN ÁRBOL SIMPLEMENTE PORQUE!: las hojas tapan los desagües, para no barrer la vereda, para que el árbol crezca más fuerte y sano, queda más prolijo, para ver mejor el cartel o la vidriera, es muy grande o muy viejo o por la costumbre de que hay que podarlos.
En general ninguno necesita poda, pero si hay que hacerlo que sea conservadora y correctamente.
Podar Bien Implica:
1) Los cortes deben ser verticales para que la lluvia y la polución ambiental no penetre por los muñones enfermando al árbol.
2) Sacar las ramas enteras sin desgarrarlas.
3) Previo al corte de la rama conviene seccionar la corteza desde abajo para que al retirar la rama no desgarre parte del tronco.
4) Si la rama es muy gruesa o pesada seccionarla en trozos. Comenzando por la punta. Estas ramas se cortarán sólo si el árbol tiene otras de igual porte que mantengan el equilibrio del ejemplar.
5) Eliminar sólo aquellas ramas y puntas que hagan falta.
6) No podar las ramas que formen un techo, si hacerlo con aquellas muy bajas que molesten el paso de peatones o vehículos.
7) No es necesario talar un árbol cundo sus raíces levantan la vereda. Se puede cortar sólo la raíz que molesta en forma paralela al tronco y luego efectuar una poda de ramas de manera que el árbol mantenga su equilibrio.
8) En caso de cableados y luminarias tampoco es necesario podar todo el follaje, sólo se cortarán las ramas que amplíen el cono de luz o las necesarias para producir el “efecto túnel” que permita el paso del cableado aéreo.
9) Según el tamaño de las ramas se empleará una tijera manual para poda, en segundo orden los serruchos con dentado especial y por último las motosierras.
¡El hacha y el machete deben ser desterrados en el momento de hacer una poda correcta!
La cultura moderna redujo al árbol a un elemento ornamental, menospreciando su valor como bien de primera necesidad.
Educar sobre la importancia del árbol para la vida es una obligación cuando vemos que el cemento aísla cada vez mas al hombre de la naturaleza. Se ha borrado el paisaje y lo que es peor se ha borrado nuestro contacto con la tierra.
Dentro de este panorama, el árbol pasó a ser algo molesto que puede ser talado a mansalva en pos de un progreso mal entendido. En realidad, es un amigo silencioso que nos brinda con generosidad todo lo que posee, contención, frescura, pureza, lección de vida, sin pedir retribución alguna.
Recordemos que el árbol es un ser vivo y como tal merece nuestro respeto.
Por Susana Papale
Artículo gentilmente cedido por EcoPortal